sábado, 22 de marzo de 2014

La evolución de la máquina de vapor.

Hola a todos, Mapso sigue a trabajado en este proyecto, a lo largo de las semanas hemos hablado de la máquina de vapor en distintos países, para terminar hablaremos de la evolución de este ingenioso invento. Ahí va, espero que os guste.
Con amor, Mapso.

En el mundo actual hay un marcado esfuerzo de muchas personas e instituciones por mantener la magia y poder de la locomotora a vapor, pero sobre todo, la tendencia es a conocerla como una reliquia histórica.

La moderna tracción a vapor es una contribución al ferrocarril del nuevo siglo y una propuesta de espacio ante la alta velocidad y los grandes trenes de carga adecuados para los nuevos retos del mercado de transporte.

La nueva tracción a vapor moderna dada la versatilidad de utilizar, tanto combustibles fósiles como, combustibles alternativos permitirá mantener en explotación bajo cualquier circunstancia parte del sistema ferroviario de un país sin necesidad de una dependencia total de petróleo importado, reduciendo gastos en repuestos diesel cada vez más costosos.

Las locomotoras de nueva generación reducen en un alto nivel la contaminación ambiental respecto a las diesel.

Durante 160 años, las locomotoras de vapor han estado presentes en los ferrocarriles cubanos. Hasta la década de los 50 era nuestro principal modo de tracción. Aún hoy se pueden ver funcionando unas 200 locomotoras de vapor de principio de siglo..

El primer obstáculo para el vapor lo representó la electricidad. El motor eléctrico libera el enorme momento de torsión necesario para mover rápidamente sobre ruedas un gran peso, desde un punto de partida a una velocidad constante. Además, es silencioso, confiable, de mantenimiento más fácil y barato que la máquina de vapor. No causa emisiones nocivas, aunque la estación generadora quizá lo haga.


En 1881, sólo ocho años después de la primera aplicación industrial del motor eléctrico, se inauguró en Berlín el primer tren eléctrico del mundo, que tenía una longitud de 2.4 km. En 1902 en Alemania un tren eléctrico de una línea en experimentación alcanzó los 210 km/h, velocidad notable para aquella época.
La locomotora de vapor subsistió en países de gran extensión territorial como Argentina, Rusia y Estados Unidos.
Después de la Segunda Guerra Mundial, se aceleró el cambio a las locomotoras de diesel en virtud de que estos ferrocarriles necesitaban una tripulación menor y eran más fáciles de manejar que las máquinas de vapor. Gran Bretaña, que poseía un eficiente sistema de locomotoras de vapor, alimentadas por carbón, se mostraba reacia a seguir el cambio; sin embargo para la década de 1960, incluso en Gran Bretaña, el diesel había sustituido a la mayoría de las máquinas impulsadas por vapor.

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